
En las familias andaluzas hay tradición de tenerlas, por lo tanto conseguir piezas antiguas; negras y blancas que se complementen con peinetas, autenticas joyas de carey, una más clara y otra más oscura, no me ha sido difícil. Ambos complementos deben ser guardados con esmero y con ciertas peculiaridades para que no se deterioren con el paso del tiempo y así poder encontrarlos, como los conservó, desde un principio, mi abuela, intactos. Las peinetas se recogen con una goma elástica, muy ancha, que ayude a mantener su forma ahuecada original. En cambio, las mantillas se enrollan en tubos de cartón, similares a los que se utilizan para liar las telas en las tiendas de tejidos, por desgracia en vías de extinción, y sobre estas, se despliega, con cariño, una tela de algodón. La mantilla española nunca se debe conservar doblada, adoptaría el pliegue que con el tiempo sería prácticamente imposible eliminar y también podría, incluso, rajarse.

Hay varios tipos de mantillas y peinetas según su tamaño. Las mantillas pueden ser: triangulares, rectangulares, de terno con volante o de dos picos. En cuanto a la forma de colocarlas se pueden poner: de aletas con pico delante, rizada, con tableado o suelta. Las peinetas más grandes se utilizan para Semana Santa, como Madrinas para bodas y para asistir a los toros. La media peina, peinetas más pequeñas, son utilizadas por personas más jóvenes. A las peinetas se les une los peines como adorno e imprescindibles para que la gran peineta quede fija.

A las mantillas, peinetas y peines se le une un adorno imprescindible: el broche. Hemos pedido cesiones a las marcas: Warlock, (www.warlockgroup.com) con sus impresionantes broches y joyas. El Palacio de la Plata, (www.elpalaciodelaplata.com) con sus impactantes peines, piezas de plata de Ley de inspiración andaluza y el toque diferente, con flores.

Nos ponemos en manos de Adrien Palma (www.blackandwhitepelqueros.com) que aunque es brasileño tiene una destreza en colocar las mantillas que nos deja perplejos.
Os aconsejamos no lavaros el pelo ese mismo día, para conseguir que la peineta quede bien fijada en la cabeza.
Escogemos un moño bajo en forma de coca. Nuestro estilista lo recoge todo en la nuca dejando dos mechones a ambos lados que no se utilizarán hasta una vez puesta la peineta.



Se pone la peineta introduciendo los dientes, poco a poco, en la cabeza. Con los dos mechones de pelo sueltos, el estilista adorna el moño cruzándolos, de lado a lado, al mismo tiempo que tapa la entrada de los dientes de la peineta, dando un resultado impecable al peinado. Con unos ganchillos se agarran bien los dientes de la peineta al pelo, de tal forma que la persona que lo lleva se asegure de estar cómoda.



Una vez fijada la peineta, comenzamos a colocar la mantilla. En esta ocasión hemos utilizado una de forma rectangular. La medimos simétricamente, la doblamos por la mitad, se coge el doblez, se coloca en el centro de la cabeza y se hace un rizado natural. Una vez comprobado que la simetría es perfecta, en la parte trasera se pliega la mantilla por el centro, discretamente, y se sujeta con un broche, (www.warlockgroup.com) sin dejarlo muy tirante para que se pueda mover, la cabeza, con holgura y comodidad.



Utilizamos los peines de plata de ley de El Palacio de la Plata (www.elpalaciodelaplata.com) para adornar el moño y flores para darle alegría a nuestra imagen. La mantilla es muy difícil que una misma se la pueda poner siempre es necesario acudir algún experto para llevarla a la perfección.






Fue la reina española Isabel II, durante el siglo XIX, la impulsora de la mantilla española. Ya a principio del Siglo XX, sobre todo en Andalucía, era una prenda cotidiana que se utilizaba por las mujeres, incluso, para asistir a Misa. Aun en la Isla de Malta siguen utilizándola, Y recordemos a una afligida Carolina de Mónaco espectacular con una mantilla en el entierro de su madre.
Hoy en día ¿dónde podemos lucir mantillas?
Existe cierto protocolo para lucir mantillas blancas o negras. Para las bodas la mantilla blanca se reservará, siempre, a la novia, la madrina irá con una negra. Las invitadas solteras nunca lucirán mantilla blanca sino negra y corta, La mantilla, además, nunca sobrepasará el largo del vestido, Pero estas normas ya no son tan tenidas en cuenta. Últimamente hemos visto espectaculares mantillas que combinaban a la perfección con unos soberbios vestidos de madrina, un claro ejemplo fue la boda de la hija de la Duquesa de Alba.
Las mantillas también se lucen en los toros, En este caso suelen ser blancas.



La mantilla negra, sin ningún tipo de adorno, más que su broche trasero se utiliza para la Semana Santa Andaluza, “Las Mantillas” como se les llama coloquialmente a estas mujeres que van acompañando los pasos de la Vírgenes van de riguroso negro, con un rosario en la mano, con guantes, zapatos salón de medio tacón y un vestido sobrio, Las flores para esta ocasión nunca se utilizan.



¿Sabíais que La Reina de España es la única persona que pude lucir mantilla blanca delante del Papa? El resto, todas, lo debemos hacer con mantilla negra.